A 100 años de su nacimiento


Este año estamos celebrando los 100 años de nacimiento del que sin duda es el pastor católico más importante de la historia de Chile junto al Padre Hurtado, Raúl Silva Henríquez, y la verdad es que hoy no quisiera recordarlo como "el Cura del poncho" como lo llamaban hoy en los medios de comunicación, sino como el Cardenal de los pobres, que aunque la derecha chilena siempre lo llamo el cura Rojo por defender la dignidad de la persona, los derechos humanos y el derecho a la autorrealización, me honra hoy poder dedicar unas palabras a tan gran hombre, y aunque lamento nunca haberlo conocido en persona tengo vivo en mi todo aquella emoción y recuerdos directos que mi padre me ha traspasado de su persona. Realmente creo que nuestro país tiene el orgullo de tener grandes personas que han pisado su tierra que a pesar de tener en nuestra historia épocas negras, siempre hemos tenido presente grandes hombres y mujeres dispuestos a defender la dignidad humana en todas sus dimensiones, y en este sentido nuestro cardenal ocupa un lugar fundamental. Como no hacer notar que este hombre en su pensar, decir y actuar saco a relucir lo más importante de la misión de la Iglesia, la defensa de los pobres, el esfuerzo constante y prioritario por el desarrollo de la equidad en nuestro país, este hombre defendio y represento dignamente el nombre de Jesucristo en actos de inmensa concecuencia ética.

Felices 100 años del nacimiento de este enviado de Díos a nuestra querida Patria.

El recordar a Raúl Silva Henríquez, es hacerlo desde su sentido más profundo que es el amor al projimo, el seguirlo no requiere ser religioso como requisito, sino que solo recurrir a nuestra esencia como personas capaces de ser comunitarios y aportar desde nuestra libertad al Bien Común.

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