Nuestro mundo responde a paradigmas distintos a los de hace 40, 20 y hasta de hace pocos años, ya que la ciencia cada día descubre algo nuevo y el desarrollo de la tecnología permite conocer cosas nunca antes imaginadas, pero los avances tecnológicos no son lo único que ha traído esta corriente posmoderna que se expande a través de la globalización. Hoy existe una sociedad con características terribles, las cuales son ligadas directamente a los sistemas económicos injustos o desiguales y aquellos que incrementan el consumismo y el individualismo sin sentido en la vida de las personas, además del hedonismo, el desarrollo de una cultura del éxito fácil, de lo llamativo, lo sin sentido, lo que llama la atención, la necesidad de ser más que los demás, la competencia por sobre los valores, a toda costa la victoria no importando las consecuencias de los que nos rodean o quienes nos colaboran.
Con respecto a lo antes nombrado, creo necesario comenzar una nueva forma de hacer política, enfocada en estos problemas, que son problemas de nuestra sociedad chilena también, así como de los demás países, y que están radicados en lo profundo de la institucionalidad chilena, porque se encuentra enraizada en la visión y la personalidad de las hombres que dirigen los países, la administración de estos y sus colaboradores. Creo esencial dar acento a ciertas instancias que han perdido influencia, como es el caso de los partidos políticos en el mundo, si viene cierto existen muchos organismos internacionales que han respondido a esta situación, como la OEA, el FMI y otras innumerables instituciones internacionales, que en la visión generalizada de un mundo cada día más individualista y sin rumbo definido, han tomado como la nueva prioridad esta situación, ya que esta misma, es centro de la generación de desigualdad en el globo completo. Es necesario volver a las bases, volver a la gente, gobiernos conectados con las personas y su realidad y no políticas aplicadas en forma ideal, generación de comunidad, solidaria, fraterna, integrada, conectada, redes sociales, interacción constante de los gobiernos y las personas, y por ultimo entregar las herramientas a las personas para producir una ciudadanía participativa.
Esto es un poco mi reflexión respecto del momento histórico que vive el mundo el día de hoy, con acento de la situación particular de América Latina.
Con respecto a lo antes nombrado, creo necesario comenzar una nueva forma de hacer política, enfocada en estos problemas, que son problemas de nuestra sociedad chilena también, así como de los demás países, y que están radicados en lo profundo de la institucionalidad chilena, porque se encuentra enraizada en la visión y la personalidad de las hombres que dirigen los países, la administración de estos y sus colaboradores. Creo esencial dar acento a ciertas instancias que han perdido influencia, como es el caso de los partidos políticos en el mundo, si viene cierto existen muchos organismos internacionales que han respondido a esta situación, como la OEA, el FMI y otras innumerables instituciones internacionales, que en la visión generalizada de un mundo cada día más individualista y sin rumbo definido, han tomado como la nueva prioridad esta situación, ya que esta misma, es centro de la generación de desigualdad en el globo completo. Es necesario volver a las bases, volver a la gente, gobiernos conectados con las personas y su realidad y no políticas aplicadas en forma ideal, generación de comunidad, solidaria, fraterna, integrada, conectada, redes sociales, interacción constante de los gobiernos y las personas, y por ultimo entregar las herramientas a las personas para producir una ciudadanía participativa.
Esto es un poco mi reflexión respecto del momento histórico que vive el mundo el día de hoy, con acento de la situación particular de América Latina.
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