viernes, 12 de enero de 2007

Cardenal Rodríguez Maradiaga: "Hay en nuestro continente una enorme sed de ética"

Esto es el discurso del Cardenal Rodriguez Maradiaga de visita en Chile. El cardenal hondureño participó en el lanzamiento del Centro de Estudios Política y Espíritu y fue enfático: "La equidad no es una acción ocasional, sino que encadena el estado social de derecho con la economía social de mercado y con el modelo social de desarrollo".

Texto del discurso de cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga:

Trabajar con la economía no es fácil. La historia demuestra que ella siempre ha sido, junto con la fuerza armada, la expresión más plástica del poder y del dominio. Precisamente la economía acompaña la evolución del ser humano y al hacerlo, se pone en relación inmediata con la cultura y con la civilización y va fabricando los diversos rostros que le conocemos. Pero antes de entrar en ello es preciso recordar que la economía es actividad, no hay economía contemplativa, y para quienes quieran condenarla sin justipreciarla hay que recordarles que en el ámbito teológico se habla de la economía de la salvación como concepto que define lo que inteligentemente se realiza para lograr que el mensaje de Cristo vivifique a través de la buena nueva.

La economía marca el ritmo de la historia. Cuando logra unirse a ideas humanizantes presenta grandes momentos que son ascenso de humanidad, cuando no, facilita ver el perfil inconfundible de quienes convocan al "sálvese quien pueda", la gran avenida que condujo de la recolección al abasto, de la previsión a la planificación. Si seguimos adelante, el desarrollo de la ciencia y la tecnología nada tienen de que avergonzarse si nacieron de mano de una economía creadora. Pero de repente todo cambió, a la previsión la sustituyó la acumulación, a la distribución la sustituyó el egoísmo, a la conmutación la sustituyó el, ¿acaso soy yo el que debe cuidar de él?, a la equidad la sustituyó el "sálvese quien pueda", al use utendi lo sustituyó el use abutendi, a la caridad, a la generosidad, a la filantropía, la sustituyó una economía que no puede donar ni puede dar para no poner en riesgo los precios, al desinterés lo sustituyó la usura y si de repente se habla de la promoción de una obra benéfica es porque esta campaña por lo común es más barata que la publicidad.

No hay economía buena ni mala, hay seres humanos buenos y malos y son ellos los responsables, seres humanos con valores, antivalores o contravalores.

Celebro encontrarme esta tarde en medio de ustedes y celebro que sea el relanzamiento de "política y espíritu". ¿Hay campo en la política para el espíritu?, ¿puede darse una política sin espíritu?, ¿Qué significa, incluso, la espiritualidad de la política o la espiritualidad del político?, ¿Por qué?, ah, vienen los curas con sus cosas. no, espiritualidad es la vida vivida en profundidad y no superficialmente, por eso es que el ser humano es materia y espíritu en una unidad y por consiguiente espiritualidad es tratar de vivir profundidad y tratar de vivir la profundidad de esta ciencia, de este arte, y de esta profesión noble que es la política.

Bastaría tomar las expresiones que se han dado para significar la economía y podríamos desde ahí otear la crítica social que a ella hace referencia, y escuchar términos como "capitalismo salvaje", "cooperativismo", "mutualismo", "liberalismo económico", "economía social de mercado", "economía de mercado", "economía de consumo", "capitalismo social", etc. Todas llevan detrás una filosofía, una concepción de la sociedad y de la historia, mejor aún, una concepción de lo que significa ser humanamente en el mundo, hay quienes piensan que son una minoría en el mundo los que merecen, y lo piensan en serio, que merecen que los demás se sacrifiquen por ellos. Esos son los que nacieron, lo decía ayer un amigo, el embajador de Colombia ante la santa sede, "esos son los que nacieron como acreedores" hay otros, dice, "que nacieron como deudores".

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