La votación sobre la aprobación o no aprobación del proyecto hidroeléctrico “hidroaysen” volvió a generar una división entre los chilenos, probablemente son muy escasos los proyectos donde hay completa unanimidad de los ciudadanos respecto a los temas que requieren una definición de futuro como viene a colación hoy con el tema energético, u otros como la educación, la salud, entre muchos. Esta situación permite generar una reflexión sobre cuáles son los mejores mecanismos de decisión pública que considere criterios tanto técnicos, como políticos y a la vez la perspectiva ciudadana. Hoy las sociedades se ven enfrentadas a nuevas circunstancias que ofrecen nuevos medios para la toma de decisiones públicas, hoy las tecnologías de la información y la comunicación, la seguridad de los software, la calidad técnica y el adecuado interfaz entre estas tecnologías y los usuarios ofrecen nuevas oportunidades para pensar en formas de democracia mucho más directas como los plebiscitos, no como excepciones que se ven cada ciertos años sino como un ejercicio ciudadano que se aplica en temas de relevancia social que permitan continuar en la senda de hacer de la democracia un proceso más participativo, que incorpore de manera decidida a los ciudadanos sobre sus temas de interés y de definición estratégica y que incorpore procesos de debate e información de la ciudadanía de manera permanente y de calidad, haciendo participes de estos procesos a los partidos políticos, a las organizaciones ciudadanas temáticas, a las universidades, centros de estudios y a la ciudadanía en general. Esto se traduce en considerar a los ciudadanos ya no solo como electores o controladores del ejercicio del poder y la administración de lo público desde una perspectiva pasiva y unidireccional, sino avanzar hacia la perspectiva del ciudadano empoderado de sus intereses y de lo público según sus posibilidades.
Todo esto perfectamente puede acompañarse de una nueva forma de entender nuestro régimen político, el sistema Presidencial ya no aguanta y la sociedad chilena ya no resiste más el paternalismo y el asistencialismo como forma de relación entre el Estado y la sociedad, hoy estamos conscientes de la capacidad de los ciudadanos de ser actores empoderados de sus temáticas sean particulares o colectivas, somos testigos de las nuevas formas de comunidad tanto presenciales como digitales.
Urge avanzar hacia nuevas formas de encuentro, debate y deliberación ciudadana, en que cada ciudadano, los grupos de interés, los partidos políticos, los centros de estudios, la sociedad en su conjunto, el Estado como garante y el mercado como facilitador acompañado de un Congreso unicameral con más competencias, un Gobierno más restringido en atribuciones y medios de comunicación más democráticos y con menor dependencia de poderes económicos, permitan hacer de la democracia algo verdadero según los estándares que exigen los nuevos tiempos que ya no permiten legitimar la actual y tradicional forma de entender los procesos decisorios que incorporan grandes intereses públicos en circunstancias de que hoy es más accesible que en cualquier momento la información y los medios para la generación de debate ciudadano y opinión pública.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario