martes, 23 de agosto de 2005

"Urge dar un respiro a la paciente clase media"



Por: Senador Adolfo Zaldívar, presidente del PDC
La mayoría de los chilenos se identifica con la clase media por los ingresos que reciben, aunque estos muestren notorias diferencias.
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica, Casen, revela que la mitad de la población pertenece a la clase media y es aquel segmento que percibe entre 290 mil y 2,2 millones de pesos mensuales por hogar.
Si los ingresos son tan importantes en esta definición, es entendible entonces, que este dinámico sector de la economía, se sienta vulnerable ante cualquier imprevisto que le depare el destino, como enfermarse o quedar cesante.
Considera que ha sido dañado, olvidado y que los esfuerzos que hacen los gobiernos por una mayor igualdad, no les beneficia en plenitud o simplemente no les llega.
Nadie debe ofenderse por estas aseveraciones, porque tanto el ámbito público como privado, es culpable por ir remediando tan lentamente la brecha que separa a uno de los otros y de que el desempleo en lugar de disminuir, se eleve al 9,7%.
Estamos frente a un modelo que es eficaz en la generación de riquezas y no hay que entrabarlo ni entorpecerlo, pero no es condición en sí para resolver la situación del empleo. Hay un problema estructural que debe corregirse, sobre todo cuando sectores importantes como las mujeres , la juventud y las regiones, se quedan al margen.
El camino más cercano es una corrección política que tienda a fortalecer a las microempresas y, la autoridad , deberá facilitarles la estabilidad y el desarrollo y no limitarlas con fiscalizaciones excesivas y muchas veces sin sentido.
La clase media siente que tiene un estatus que le costó mucho esfuerzo construirlo y trata de mantenerlo acudiendo al endeudamiento como una manera de responder con la educación de los hijos, la vivienda, salud y otros. Le deteriora la calidad de vida, porque al final, trabajan muchos años para pagar esos compromisos.
El último Censo revela un progreso material importante en los hogares que cuentan con los implementos necesarios, pero el precio que hay que pagar por ello, es demasiado alto.
A este segmento de la población, distribuidos por la Encuesta Casen en un 30% de clase media baja; otro 15% de la media media y el 5% restante de la media alta, le resulta sorprendente , que quince empresas hayan ganado en el primer semestre de este año tres mil millones de dólares, duplicando lo que obtuvieron en el mismo periodo el 2003; mientras que por otro lado, hay miles de micro, pequeñas y medianas empresas, que han debido cerrar sus puertas o que el Gobierno ha tenido que lanzarles un plan de ayuda para que sigan subsistiendo.
Estas Pymes, que generan casi el 80% de la fuerza laboral en el país, se encuentran con el problema de que los bancos, que obtienen millonarias ganancias, las consideran muy riesgosas para prestarles dinero y les exigen tasas de interés y garantías muy altas.
También es un contraste para esta clase media, que organismos internacionales nos ubiquen entre los veinte países con mayor libertad económica y con un riesgo de país muy bajo ; mientras que un informe del Banco Mundial coloca a Chile entre las doce naciones con la peor distribución del ingreso, a lo que se suma, las más largas jornadas de trabajo en el mundo con un menor rendimiento.
En el mes de julio la industria aumentó en un 5,8%; la minería creció en un 9,5 %; la energía subió un 7,9; las ventas reales de los supermercados avanzaron un 12,6%; la construcción mostró un alza de un 46,9% en número de viviendas y un 40,6% en superficie ; los bancos y los grupos económicos aumentaron sus utilidades y así sucesivamente.
Sin embargo, hay 589 mil personas sin ocupación en el país.
Entonces, es de toda justicia que esta esforzada clase media pregunte : ¿ dónde está la falla?, si todo indica que la producción ha subido ¿ por qué el empleo se ha estancado?.
Chile, debe aunar esfuerzos por el bien de todos y encontrar respuestas y soluciones rápidas, porque así como la indigencia se redujo de un 5,7 a un 4,7%, también urge dar un respiro a la paciente clase media.
Vivimos en una sociedad que se funda en la libertad de crecer, pero con responsabilidad y libertad tenemos que construir un mundo más solidario.

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